viernes, 7 de octubre de 2011

Abuso y Contexto

Otra forma de clasificar las situaciones de abuso sexual es según el contexto en que ocurren. Así, cuando hablamos de abuso sexual extrafamiliar, nos referimos a situaciones de abuso perpetradas por un agresor que no forma parte del grupo familiar. No tiene que ser necesariamente una persona desconocida, puede ser alguien conocido pero que no pertenece a la familia de la víctima.
Al contrario de lo que la mayoría de la gente cree, los sucesos donde el agresor es un desconocido son los menos frecuentes, debido a que no es tan fácil para un extraño encontrar la oportunidad de abordar a un niño o niña en ausencia de cuidadores. En estos casos el abuso suele ser un evento único y con una alta probabilidad de uso de la violencia física e intimidación, razón por la que es muy probable que la familia se entere inmediatamente y busque ayuda especializada.
En los casos en que el agresor es alguien conocido, pero no es de la familia, el abuso suele tener ciertas características: si el contacto con el victimario es frecuente, generalmente el abuso se hace recurrente y va avanzando paulatinamente (comienza, por ejemplo, con toqueteos, exhibicionismo, o seducción verbal explícita y se va haciendo más intenso hasta terminar en violación) debido a la confianza que el niño o la niña y su familia le tienen al agresor (vecino, compadre, “amigo del alma”), quien aprovechándose de la confianza y el afecto manipula y engaña tanto a niño, niña o adolescente como a su familia. La confianza existente entre el agresor y la familia de la víctima dificulta la capacidad del/la agraviada para detectar el significado de lo que está ocurriendo, y aunque se sienta mal o incomodo/a, se le dificulta buscar ayuda o tiene miedo de que no le crean o lo castiguen.
Cuando el abuso sexual sucede dentro del hogar y es perpetrado por algún adulto de la familia, se llama incesto. El Código Penal considera que hay incesto sólo cuando media un vínculo consanguíneo entre las partes. Sin embargo, desde una perspectiva psicológica, las situaciones calificadas como incestuosas abarcan un espectro más amplio e incluyen cualquier tipo de contacto sexual directo o indirecto del niño, niña o adolescente con otra persona de su hogar – sea consanguínea o no– con quien exista la relación de poder sobre la que se sostiene el abuso sexual (el padre biológico, el abuelo, la tía, el padrastro, el hermano mayor). Desde este punto de vista, lo importante es el lugar simbólico que el agresor ocupa para el niño, niña o adolescente. El incesto es una de las formas más frecuentes de abuso sexual debido al contacto privilegiado que tiene el victimario con la víctima. El incesto también es una de las formas más traumáticas de abuso sexual y ha dejado una terrible huella en cientos de niñas y mujeres venezolanas.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Hablar de sexualidad

Poder reconocer oportunamente cuándo hay abuso sexual, cuáles son las modalidades en las que puede ocurrir, y su posible impacto en la vida de las víctimas y su entorno familiar, es una necesidad urgente para padres, madres, maestras, profesores, profesionales de la salud, integrantes del sistema de justicia y de la sociedad en general. De eso no tenemos la menor duda.
Sin embargo, es necesario enfatizar que la capacidad de reconocer los hechos de abuso sexual debe estar integrada a una visión desproblematizada de la sexualidad. Si concebimos la sexualidad como un aspecto degradado de la vida humana, asociado al miedo, la culpa y la vergüenza, tendremos serias dificultades para abordar de manera efectiva la problemática del abuso sexual. En este sentido la psicóloga Catrín Ramírez señala: Algo hay que tener muy claro… Hablar de abuso sexual implica reconocer que sólo el adulto que lo comete es responsable. Precisiones como ésta y algunas otras relativas a las implicaciones del abuso sexual son sumamente importantes porque permiten detectar otras situaciones en las que el contacto con el niño o niña, no necesariamente implicanabuso sexual: el contacto físico –por ejemplo– entre padres y madres con sus hijos e hijas en el contexto del juego o de las cotidianas expresiones de afecto; o en circunstancias más específicas como el contacto físico que se da al momento de asear o vestir al niño; o la opción válida de que una familia decida bañarse en conjunto, mientras no se convirtiera en una práctica rígida e impositiva para sus miembros. Todas estas son situaciones que no deben juzgarse o penalizarse a priori desde la interpretación generalizada de posible abuso sexual. Tampoco deben prejuzgarse los juegos sexuales tan frecuentes entre niños y niñas de edades similares. Estos juegos también constituyen espacios de intercambio que habría que valorar en su justa dimensión (Manual de Atención del Abuso Sexual Infantil, publicado por Avesa).
Mantener el tema de la sexualidad entre secretos y cuchicheos, y perpetuar el tabú y el miedo, sólo favorece a los agresores e impide que nuestros niños se acerquen a contarnos cuando se han sentido agredidos sexualmente, sobre todo en las modalidades de abuso sexual sin contacto físico.
En mayoría de nuestros artículos hemos abordado los aspectos positivos de la sexualidad –que son muchos– y también hemos insistido en la necesidad de que padres y madres hablen con hijos e hijas sobre sexualidad desde una perspectiva que parta de la información veraz y que la integre el amor y la ética. La buena comunicación entre padres e hijos en torno al tema de la sexualidad puede también ser una herramienta de protección del abuso sexual y sus secuelas.

viernes, 5 de agosto de 2011

Exposición a la pornografía

La pornografía siempre está regulada por la ley, en algunos países es aceptada para la población adulta y en otros esta prohibida para todo el mundo, pero en todos los países del mundo está prohibida para los niños.
El material pornográfico (libros, fotos, videos, películas, entre otros) contiene representaciones sexuales explícitas hechas con la exclusiva intención de despertar impulsos sexuales a través de imágenes abierta e intencionalmente atrevidas y obscenas. Ausencia de palabras o ternura. Cero reflejo de cortejo o encuentros previos. Actos sexuales ejecutados por genitales desproporcionadamente grandes e infatigables. Imágenes concebidas para estimular sexualmente sin que medie compromiso, respeto o amor.
Niños y niñas no sólo no tienen la capacidad cognitiva y la madurez psicológica para elaborar estas imágenes, sino además son estimulados sexualmente por ellas. Las imágenes producidas por la pornografía están dirigidas a adultos y nunca tienen intención educativa. Cuando un adulto expone intencionalmente a un niño o niña a material pornográfico, lo hace con la intención erotizar y estimular, y aunque en un primer momento no haya contacto físico, sin duda está abonando el terreno para pasar una modalidad de abuso sexual con contacto físico: tocamientos, masturbación, sexo oral, penetración anal o genital, entre otros.
Ya hemos explicado en artículos anteriores como niños y niñas tiene impulsos sexuales desde que nacen y es absolutamente normal que así sea. Padres, madres, maestras y otros cuidadores debemos estar conscientes de ello y educar a nuestros hijos sin represión ni amenaza, para una vivencia responsable y plena de su sexualidad acorde con su edad. Lamentablemente ocurre que los adultos toman ventaja del impulso sexual natural y universal de niños y niñas para engañarlos y seducirlos con la finalidad de violentarlos sexualmente. Tíos, padrinos, primos y hermanos mayores, padrastros y padres biológicos buscan la manera encubierta de hacer complicidad con las sobrinas, hijas, ahijados, vecinitas, primitos, hermanitas o hijastras para ver estas imágenes pornográficas cuando, por ejemplo, no hay nadie más en la casa o mientras todos creen que están viendo comiquitas cuando en realidad están viendo un canal censura solo para adultos…
El niño o la niña muchas veces calla y sigue el juego porque este adulto, de toda su confianza, es quien lo pone frente a estas imágenes concebidas para estimular sexualmente y frente a las cuales (igual que los adultos) su cuerpo responde, erotizándose. Ver el material pornográfico junto al adulto agresor es el primer peldaño, para pasar a otras formas de abuso sexual.
La exposición a material pornográfico intencional es una forma de abuso sexual sin contacto físico penada por la ley, no dude en denunciarla.

sábado, 30 de julio de 2011

Palabras

Palabras vulgares y morbosas lanzadas en la calle por hombres para molestar y humillar están en la memoria de muchas mujeres venezolanas. Apenas comienzan a dibujarse debajo de la franela azul los pezones abultados y a notarse las caderas redondeadas, cualquier niña venezolana tiene que lidiar con palabras groseras y sexualmente explícitas lanzadas por hombres en la calle. Esta forma de violencia no está penada por la ley, ni es considerada un delito sexual, pero sin duda nos sentiríamos aliviadas si así fuera.
Otras palabras, las que seducen, penetran nuestro cuerpo, nuestra intimidad, y despiertan fantasías, erotismo y sentimientos de enamoramiento. Cuando un adulto/a con toda su experiencia, poder y desarrollo cognitivo se dispone a seducir a una niña (o niño) con la palabra escrita o hablada, ya sea personalmente, chateando, por teléfono, o enviando mensajes de texto, cartas o notas, está ejerciendo una forma de abuso sexual sin contacto físico denominada seducción verbal explícita. Como el fisgoneo, la seducción verbal explícita dirigida a niñas o niños puede ser el primer peldaño en una secuencia de actos abusivos más traumáticos, y debe ser detenida y denunciada apenas sea detectada.
Compartiré con los lectores el caso de Aurora. Ella es una niña bastante reservada que tiene doce años y la apariencia de una joven de dieciséis. Es la hija de una gran amiga. Tres semanas después del matrimonio de su tío, le contó a su mamá que su padrino “se le había declarado” en la fiesta del tío.
Sucedió en un momento en que se quedó sola con su padrino, porque todos se pararon a bailar, incluyendo a la esposa del padrino. En la mesa en que Aurora estaba sentada con toda su familia, este señor de 35 años se dirige a su ahijada con palabras seductoras; le dice que está preciosa; que ya se hizo mujer; que piensa en ella todos los días y que cree que se está enamorando de ella. Aurora, sorprendida y asustada, le pregunta por su esposa (con la que se casó hace apenas seis meses) y él le responde que las ama a las dos… Justo en ese momento se acaba la música y todos vuelven a la mesa. Aurora no se despega de sus padres el resto de la fiesta…
Solo tres semanas después y en medio de mucha angustia y dudas se atreve a contarle a su mamá lo ocurrido. Su mamá, furiosa, me llama para consultarme qué debe hacer y yo le digo lo mismo que le diría a usted si descubre que un adulto esta abordando a una niña con palabras explícitamente seductoras: ¡denuncie!
La seducción verbal de un adulto hacia una niña (sin importar la edad que ella aparente) es el primer señuelo para llegar a actos abusivos más graves. Es difícil que una denuncia por seducción verbal explícita prospere desde el punto de vista judicial, pero será una advertencia clara para el agresor y una manera eficaz de proteger a su hija.

sábado, 16 de julio de 2011

Fisgoneo y voyeurismo

La mayoría de las venezolanas hemos tenido que lidiar con la desagradable sensación que genera la mirada morbosa del desconocido que se posa agresivamente sobre el descote, los pantalones ajustados o la falda corta. El fisgoneo es practicado por cientos de hombres diariamente en las calles de Caracas, en el metro, en las plazas de nuestros pueblos y en las playas de Venezuela. Cuando el objeto de la mirada agresora de ese desconocido, que irrumpe en la intimidad de un cuerpo, es una niña, niño o adolescente, el fisgoneo se convierte en una modalidad de abuso sexual sin contacto físico, modalidad, por cierto, tan o más frecuente que el exhibicionismo en nuestro entorno. En el fisgoneo el adulto irrumpe con una mirada lasciva y morbosa sobre el cuerpo de la niña o el niño; con su mirada violenta invade el cuerpo y el espacio íntimo del niño, generando turbación, trauma y miedo.
El voyeurismo es un trastorno sexual donde el individuo obtiene la excitación sexual mirando de manera clandestina la desnudez o la actividad sexual de otras personas, casi siempre masturbándose durante o después del acto voyeurista. Cuando el adulto, mediante engaño, manipulación, seducción o amenaza, promueve la desnudez de niñas o niños, o actividad sexual entre ellos para satisfacer su placer sexual, está incurriendo en un acto de abuso sexual aunque no haya contacto físico, ni penetración. El impacto psicológico en los niños y niñas victimas de voyeurismo es en muchos casos tan severo como la violación.
Niñas y niños perciben con claridad la intención agresora del fisgoneo. Si hay buena comunicación con padres o maestros es posible que recurran a ellos con la duda, que manifiesten su confusión… Siempre habrá que creerles e inmediatamente investigar. Por otra parte, si nosotros como adultos cuidadores percibimos manifestaciones sutiles de fisgoneo hacia nuestras niñas o niños, debemos mantenernos alerta, confiar en nuestra intuición y averiguar. La buena comunicación con nuestros hijos o alumnos será de gran ayuda.
Fisgonear –o, como se dice popularmente, “bucear”– a niñas o niños es una forma de abuso sexual, y puede ser el primer peldaño en una secuencia de actos abusivos más traumáticos. Así pues, es necesario erradicar la falsa creencia de que el fisgoneo es natural y que hay que tolerarlo como parte de nuestra cultura. El fisgoneo, el exhibicionismo y el voyeurismo dirigido a niñas, niños y adolescentes, son formas de abuso sexual y por lo tanto delitos. Denunciar a los agresores y proteger a las víctimas es una forma de hacer justicia y evitar eventos abusivos más traumáticos.

sábado, 9 de julio de 2011

Casos

Conocer sobre casos ocurridos en la vida real, con la finalidad de analizarlos y extraer de ellos experiencia y aprendizaje ha sido una estrategia fundamental en la trayectoria de Avesa. También con nuestros lectores utilizaremos esta estrategia. Y para ello, lógicamente, resguardaremos la identidad de nuestros usuarios, cambiando sus nombres y otros datos sin relevancia para la esencia de cada caso.
Hace varios años recurrieron a nuestro servicio los padres Estela, una niña de 9 años que, según ellos nos informaron, era bastante tímida y retraída, tenía bajo rendimiento en sus estudios y se quejaba constantemente de lo fea que se sentía debido a su sobrepeso. Los padres de Estela vivían con ella en una fábrica de muebles donde eran conserjes.
Ocurrió que un vigilante contratado por la fábrica, en pocos meses, se hizo amigo de la familia. Mantenía amenas conversaciones con el papá de Estela, era sumamente amable con la mamá y muy cariñoso con la niña. El vigilante se ganó su confianza, al punto de que cuando se ofreció a darle clases de matemáticas a Estela para ayudarla a superar su bajo rendimiento, nadie puso problema. Estela al regresar de su escuela se reunía con él en el cubículo que la empresa tenía asignado para la vigilancia. Las clases ya tenían un tiempito y la niña se mostraba muy motivada, cuando la mamá de Estela accidentalmente encontró entre los útiles de la niña un manojo de cartas y fotos.
Eran cartas de amor que, en un lenguaje sutil y seductor, exaltaban la belleza de Estela y le comunicaban cómo su condición de gordita la hacía más atractiva a los ojos de un hombre enamorado. Junto con las cartas, la niña atesoraba varias fotos. En ellas estaba retratada a medio vestir, en poses sensuales: con falda pero sin camisa y con un tirante del sostén suelto sobre el hombro; con falda y camisa pero con una pierna sobre un banco dejando ver sus muslos desnudos... El paquete lo completaba una imagen del fotógrafo de Estela y autor de las cartas: el vigilante (un hombre de más de 40 años) con el torso desnudo. Los padres de Estela actuaron de inmediato, pusieron la denuncia en el Consejo de Protección del Municipio correspondiente y de allí los remitieron a Avesa.
Este caso no tuvo un mal desenlace: el agresor afortunadamente no había tocado a la niña. Sin embargo, fue debidamente sancionado y la situación de abuso, detenida. La actuación asertiva de los padres de Estela detuvo a tiempo una situación que con toda seguridad habría llegado a una forma de abuso sexual más traumática.
Debido a la naturalización de ciertas formas de abuso sexual sin contacto como el exhibicionismo o la seducción a través de cartas, fotos y otras modalidades (créanme: los agresores son ingeniosos para abordar a sus víctimas), a veces dudamos si hay delito y no actuamos a tiempo. ¡Cuidado! Debemos tener muy claro que aún sin contacto físico, toda vez que un adulto aborda una niña o niño con la intención de establecer un vínculo sexual (que, como ya sabemos, también ocurre sin contacto físico), es una manifestación de abuso sexual, y por lo tanto un delito.

sábado, 2 de julio de 2011

Exhibicionismo

Exhibicionismo
Hace años asistí a un taller de formación en atención y prevención del abuso sexual dictado en Venezuela por dos expertas inglesas. En uno de los ejercicios que llevamos a cabo nos entregaron un papel con una definición amplia de abuso sexual que incluía modalidades sin contacto físico, entre ellas el exhibicionismo. Las facilitadoras sugirieron leerlo individualmente y tomarnos 10 minutos para reflexionar si alguna de nosotras (éramos solo mujeres) había tenido alguna experiencia ese tipo. Luego nos pidieron que nos pusiéramos de pie las que habíamos respondido afirmativamente. Mientras me paraba y lidiaba con la molestia que me generaba semejante solicitud, me di cuenta que absolutamente todas las participantes, además de las dos facilitadoras, nos habíamos puesto de pie. Todavía me asombro cuando recuerdo ese momento.
En la plenaria cada una de nosotras fue contando: “…Contrataron un albañil en mi casa que se dejaba la bragueta abierta y nos usaba interiores, cuando yo estaba cerca se agachaba para empapar la brocha y se le veía el pene, yo me ponía muy nerviosa y me daba mucho asco, pero no me atreví a contárselo a mis padres, es una locura pero yo me sentía culpable y sucia aunque él era un viejo y yo una niñita de 5 años. ¡Qué horror!”; “…Era un sábado en la tarde y mi vecinita y yo estábamos jugando ludo en el porche. Entonces un hombre se paró frente a la reja de la entrada e la casa (vivíamos en una calle ciega) y se recostó mirando para la calle. Al poco rato nos dimos cuenta de que el tipo hacia unos movimientos raros cerca de sus genitales. Mi amiga me preguntó con voz bajita y con una risita nerviosa si yo estaba viendo lo que él estaba haciendo. Entonces me atreví a fijar la vista y me di cuenta de que el hombre se estaba masturbando. Sentí terror, y corrí hasta mi cuarto, y atrás me la amiguita. Nos quedamos un rato en el cuarto entre risas nerviosas y paralizadas. Finalmente me atreví a buscar a mamá y contarle. En la casa se formó un alboroto y salieron a buscar al hombre, que por supuesto que ya se había ido. Esa noche mi mamá me dio una pastilla para dormir”; “…Al empezar bachillerato se decidió que yo me podía ir y venir sola del liceo en autobús. Yo estaba feliz pues tenía 13 años y me sentía grande e independiente. La felicidad se acabó el día que un desgraciado se sentó en el puesto de al lado y se sacó el pipí. Cuando lo vi empecé a gritar histérica, el autobús estaba casi vacío, pero el chofer se paró en seco y a golpes botó al hombre de autobús. Llegué a mi casa temblando. No me volví a ir sola al liceo hasta tercer año…”
Lo evidenciado en esos testimonios, sigue ocurriendo hoy. Cientos de niñas y niños son victimas de esta forma de abuso sexual tan naturalizada en esta cultura machista, que asume en forma equivocada que sin no hay contacto físico no hay trauma en las niñas y niños agredidos sexualmente. ¡Falso!

sábado, 18 de junio de 2011

Falsas Creencias III

Esta semana continuaremos revisando la lista de falsas creencias sobre el abuso sexual publicada por Avesa en el folleto Atención del Abuso Sexual Infantil. Una perspectiva de trabajo desde la experiencia de Avesa:
11) Se cree que los niños y niñas a menudo mienten acerca del abuso sexual; cuando en realidad sucede que la mayoría de las veces, cuando un niño o niña refiere un hecho de abuso sexual, es porque ha ocurrido. Los niños no pueden describir experiencias que desconocen. En los casos excepcionales, en los cuales mienten, suele ser por sugestión o presión por parte de otro, y una evaluación exhaustiva puede determinarlo.
12) Se cree que el abuso sexual siempre es cometido por hombres en perjuicio de niñas y adolescentes femeninas; cuando en realidad sucede que, aunque la mayoría de las veces el abuso es cometido por personas del sexo masculino, también es ejercido por personas del sexo femenino. Es muy probable que haya un subregistro de estos casos, en vista de que hay una mayor permisividad y naturalización del contacto físico entre una mujer adulta y un niño o niña. En cuanto a las víctimas, son más las niñas objeto de abuso sexual que los niños, tendencia que se acentúa para las víctimas del sexo femenino a partir de la adolescencia.
13) Se cree que la ausencia de indicadores de violencia física demuestra que el niño, niña o adolescente colabora con el hecho; cuando en realidad sucede que existe abuso sin violencia física. Los recursos defensivos del niño, niña o adolescente no son equivalentes a las estrategias de sometimiento y manipulación del agresor, y por eso este no requiere ejercer violencia física.
14) Se cree que las adolescentes son violadas por andar con ropa insinuante y actitudes provocadoras; cuando en realidad sucede que la apariencia física no es lo más relevante. El común denominador de la violencia sexual es la situación de indefensión de la víctima. Todo abuso sexual es responsabilidad de quien lo comete
15) Se cree que las madres son las culpables del incesto por tener complicidad con el agresor; cuando en realidad sucede que muchas madres desconocen la situación de abuso como tal. Muchas de ellas son paralelamente víctimas de violencia doméstica y/o fueron abusadas sexualmente, lo que les dificulta intervenir efectivamente para detener el abuso.
No nos cansaremos de alertar sobre cómo estas falsas creencias influyen de forma nefasta en la calidad de la atención y el acceso a la justicia que las instituciones y los profesionales brindan a las víctimas de abuso sexual. Así pues, es urgente la reflexión crítica por parte de todos los sectores responsables del abordaje de esta terrible epidemia oculta.

sábado, 11 de junio de 2011

Falsas Creencias II

En nuestro anterior artículo señalábamos como la garantía del derecho de niños, niñas y adolescentes abusados sexualmente a servicios de atención de calidad y acceso a la justicia está relacionada con la concepción del abuso sexual manejada por los profesionales encargados de atender estos casos. Así, revisar los mitos y falsas creencias sobre el abuso sexual producto de los prejuicios machistas que han prevalecido por siglos en el abordaje del tema es una tarea necesaria. Por ello esta semana continuaremos revisando la lista falsas creencias sobre el abuso sexual publicada por Avesa en el folleto Atención del Abuso Sexual Infantil. Una perspectiva de trabajo desde la experiencia de Avesa:
3) Se cree que hoy se producen más casos de de abuso sexual que en el pasado; cuando en realidad sucede que no tenemos parámetros de comparación porque antes no se reconocía el problema como tal, ni se hacían registros. Ahora se conoce el problema, se empieza a manejar la casuística y a vislumbrarse su magnitud.
4) Se cree que es un problema de los sectores pobres y carentes de educación; cuando en realidad sucede que el abuso sexual ocurre en todos los estratos socioeconómicos y niveles educativos.
5) Se cree que el agresor es un desconocido; cuando en realidad sucede que en la mayoría de los casos proviene del entorno social del niño, niña o adolescente.
6) Se cree que el abuso acontece en lugares públicos aislados y de noche; cuando en realidad sucede que frecuentemente ocurre en el hogar o en lugares considerados seguros por la familia ( más del 60% de los casos) , y el horario sólo depende de la oportunidad que tenga el agresor de estar en contacto con la victima.
7) Se cree que el agresor es fácilmente detectable por su apariencia de perturbado mental; cuando en realidad sucede que los agresores tienen apariencia común, indiferenciable del resto de las personas.
8) Se cree que el abuso sexual es cometido por homosexuales; cuando en realidad sucede que la mayoría de los agresores sexuales conocidos son heterosexuales, pues la orientación sexual de agresor no determina la ocurrencia del abuso.
9) Se cree que la violación se debe a un impulso sexual incontrolable; cuando en realidad sucede que los impulsos sexuales son conscientemente controlables por hombres y mujeres. La mayoría de las violaciones son total o parcialmente planificadas.
10) Se cree que sin un niño o niña calla, de alguna manera es cómplice de lo ocurrido; cuando en realidad sucede que niños y niñas callan por su propia dificultad para reconocer el problema, por la desconfianza en su entorno y/o por temor a las consecuencias de revelar lo que le está pasando.
En nuestro próximo artículo seguiremos hablando sobre este tema.

sábado, 4 de junio de 2011

Falsas creencias

De la concepción que tenga del abuso sexual el o la profesional de cualquier ámbito relacionado con esta grave problemática (policial, jurídico, médico, psicológico, educativo, social y comunicacional), a quien corresponda atender a los niños, niñas y adolescentes agraviados, depende la calidad de la atención ofrecida y el grado de justicia posible.
Es necesario revisar una serie de falsas creencias, producto de la desinformación, los prejuicios que han prevalecido por siglos en el abordaje del tema. Los profesionales deben analizar de forma crítica estas afirmaciones y contrastarlas con la información especializada, basada en experiencia de quienes trabajamos de manera sistemática de casos de abuso sexual. Del abordaje riguroso basado en la información científica y la perspectiva de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes que tengan los policías, jueces, médicos, psicólogas, maestras, lideres comunales y periodistas, dependerán las probabilidades de las víctimas de sobrevivir a este grave trauma de la mejor manera posible, así como las oportunidades de que los agresores sean debidamente sancionados por la justicia. Por ello dedicaremos este artículo y los próximos a la revisión de una serie de mitos y estereotipos que muchos de nosotros repetimos de manera inconsciente y que afectan de manera dramática la calidad de atención y el acceso a la justicia que le brindamos a las victimas de abuso sexual.
Catrín Ramírez, psicóloga que coordinó nuestros Servicios de Atención en Violencia Sexual y Domestica durante varios años, enumera una serie de falsas creencias sobre el abuso sexual en un folleto titulado: Atención del Abuso Sexual Infantil. Una perspectiva de trabajo desde la experiencia de Avesa. Según esta autora:
1) Se cree que los casos de abuso sexual son escasos y no constituyen un problema grave; cuando en realidad sucede que los casos de abuso sexual han sido invisibilizados por siglos, aunque cada vez se reconoce más a nivel mundial y nacional su alta incidencia y prevalencia, así como las graves consecuencias que acarrean a los niños, niñas y adolescentes abusados.
2) Se cree que es un problema privado, de interés exclusivo de la familia; cuando en realidad sucede que, aunque la mayoría de los casos ocurren en el ámbito privado, sus implicaciones y consecuencias lo hacen un asunto de interés publico, que amerita una respuesta social oportuna para evitar su reincidencia, penalizar lo ocurrido y ofrecer alternativas de apoyo.
3) Se cree que suele ser un problema aislado; cuando en realidad sucede que cuando ocurre en el hogar o entre personas de contacto cercano (que es lo más frecuente), suele ser recurrente.
En nuestro próximo artículo seguiremos hablando sobre este tema.

viernes, 29 de abril de 2011

Una verdadera revolución para la infancia

En un artículo anterior citábamos las palabras de la senadora colombiana Gina Parody en relación a la necesaria revolución para la infancia víctima de abuso sexual. En estos tiempos en que Avesa sufre los embates de la política del silencio vale la pena recordarlas: Las revoluciones en la humanidad las debemos, en parte, a las personas valientes que deciden dar un paso adelante buscando cambio. Si en el siglo XVIII J.J. Rousseau y los ilustrados no se hubieran levantado contra la monarquía e iniciado la Revolución Francesa, quizá hoy no tendríamos los derechos humanos. Y si en los años sesenta las mujeres no se hubieran revelado contra el machismo, el derecho de las mujeres no sería considerado dentro de la sociedad… Hoy, toca iniciar otra revolución: la defensa de los derechos de los niños y niñas. No es fácil ni ocurrirá de un día para otro pero no podemos seguir quietos repitiendo que los niños son el futuro de la sociedad, sin hacer lo necesario para protegerlos… Uno de los caminos en la defensa de niños y niñas, es el abordaje público del abuso sexual infantil. Las víctimas de abuso sexual tienden a ser invisibles para la sociedad. En realidad son los derechos de los niños y niñas los que son invisibles para nuestra sociedad. Faltan muchos pasos para una verdadera revolución para la infancia.
El 2 de abril le hicimos una serie de preguntas a la viceministra Miriam Morales por esta vía, todas ellas referidas al lugar que ocupan en las políticas públicas del Ministerio de la Salud los derechos humanos de las niñas y niños abusados sexualmente. Hoy dirigimos nuestras preguntas a todos nuestros compatriotas: ¿Qué lugar ocupan los derechos de los niños y niñas abusados sexualmente en la sociedad venezolana? ¿Es que la revolución para la infancia venezolana no incluye a las niñas y niños víctimas de abuso sexual?
En el artículo titulado Caperucitas y cazadores señalábamos que siendo los cuentos de hadas una representación simbólica y universal de lo que guardamos en nuestro inconsciente. Son muchos los cuentos infantiles que advierten a niños y niñas de la crueldad de los adultos hacia ellos. Referíamos en particular el cuento de la Caperucita Roja, que simboliza una situación de abuso sexual donde lobo representa al abusador. Celebrábamos en nuestro análisis el final feliz del cuento de caperucita. Pues como sabemos un cazador logra sacarla a ella y a su abuelita de la barriga del lobo, que luego es llenada de piedras para que se ahogue al tomar agua en la orilla del río.
El cazador simboliza los defensores de los derechos de los niños y niñas a una vida libre de violencia sexual. Insistimos en que necesitamos muchos más cazadores y cazadoras en Venezuela. Un requisito básico para esta cacería es la formación. Por ello desde este espacio continuaremos informando a nuestros lectores dispuestos a hacer realidad la garantía de los derechos humanos de los niños y niñas abusados sexualmente. Mientras seguimos esperando que la Ministra Sader y la viceministra Morales respondan nuestras preguntas, seguiremos como siempre trabajando para el logro de una verdadera revolución para la infancia abusada sexualmente.

sábado, 16 de abril de 2011

Preguntas para la doctora Morales

Con el permiso de nuestros fieles lectores, utilizaremos este espacio para dirigirnos en forma pública y directa la Dra. Miriam Morales, viceministra de Redes de Salud Colectiva del Ministerio del Poder Popular para la Salud, con quien nos reunimos el día martes 15 de marzo y quien se comprometió a garantizar en un plazo de 10 días hábiles los recursos asignados por Ley de Presupuesto Nacional a Avesa, para subsidiar el Servicio de Atención Psicológica a Victimas de Violencia Sexual
A usted, doctora Morales, queremos hacerle una serie de preguntas. La primera de ellas es la misma que de forma sorprendente usted misma nos formuló en la reunión celebrada el 15 de marzo (a la que me convocó usted personalmente a través de llamada telefónica a mi celular): ¿cómo es que un tema tan importante como la atención psicológica a víctimas de violencia sexual, y su incidencia en el acceso a la justicia y en la salud mental y física de tantas personas atendidas, no forma parte de una política pública de mayor amplitud? No deja de ser irónico que usted nos formulara esa pregunta a nosotras, que venimos trabajando por los derechos de las víctimas de violencia sexual desde hace décadas, con un nivel de compromiso que fue capaz de movilizar a la opinión pública de los más diversos sectores, para apoyarnos como lo han hecho, cuando desde hace seis meses la ministra Sader nos ha sometido al ahorcamiento económico y a la política del silencio.
Pero tenemos otras preguntas: ¿Qué lugar ocupan en el Ministerio de Salud las mujeres violentadas sexualmente? ¿Qué lugar ocupan en el Ministerio de Salud las niñas, niños y adolescentes abusados sexualmente? ¿Por qué el Ministerio de Salud no se ha ocupado de garantizar servicios atención psicológica y médica a víctimas de violencia sexual en todos sus centros de salud en toda Venezuela? ¿Cuál es el compromiso del Ministerio de Salud con los convenios internacionales en materia de derechos humanos de las mujeres niñas y niños, más específicamente el derecho a una vida libre de violencia sexual? ¿Qué lugar ocupa en el Ministerio de Salud y para usted la palabra empeñada? ¿A qué instancia del Ministerio de Salud le remitimos las decenas de pacientes que llaman para pedir cita, o para solicitar informes, que nos remite la Fiscalía y que no estamos en capacidad de atender debido a que usted no ha dado la orden para que nos sea entregado el subsidio asignado por Ley de Presupuesto, como se comprometió el 15 de marzo? ¿Su reunión era solo un señuelo para prorrogar su política del silencio? Sepa, Dra. Morales, que en Avesa continuaremos diciéndole ¡NO! a la política del silencio, hasta que usted cumpla su palabra.

sábado, 9 de abril de 2011

De nuevo la política del silencio

Como informamos en artículo del 19 de marzo, el 15 de marzo, representantes de Avesa nos reunimos con la doctora Morales, Viceministra de Redes de Salud Colectiva del Ministerio del Poder Popular para la Salud, para tratar el tema del subsidio asignado a Avesa. En esa reunión la viceministra se comprometió a tramitar el primer y el segundo desembolso del año 2011 del subsidio asignado a Avesa en la Ley Orgánica de Presupuesto, en un plazo máximo de 10 días hábiles, y garantizó la entrega del cuarto desembolso del 2010, para una fecha posterior.
Hoy 09 de abril, cuando han pasado ya 18 días hábiles (24 de los corrientes) desde que la viceministra Miriam Morales se comprometiera con Avesa, aún no hemos recibido esos recursos. Avesa cumplió inmediatamente con la entrega de la información solicitada por la viceministra para el correspondiente trámite administrativo; sin embargo, el equipo de trabajo de la Oficina de Planificación y Presupuesto del MPPS nos informa que no tienen ninguna orden de desembolso por parte de la viceministra, no se le ha girado ninguna instrucción (verbal o escrita) y por tanto no pueden hacer ninguna acción administrativa a favor de nuestra organización. Es decir, que el compromiso verbal adquirido por la viceministra con nosotras en la reunión del 15 de marzo no se ha concretado, ni siquiera en el punto de cuenta o en la orden a la oficina de planificación y presupuesto para agilizar los trámites, a pesar de su compromiso de que a más tardar en 10 días Avesa tendría los recursos del subsidio depositados en su cuenta.
Hemos llamado al celular de la viceministra pero no contesta las llamadas ni tiene buzón de voz, tampoco confirma la recepción de comunicaciones enviadas por email. Esperamos 15 días hábiles, 5 más de lo que dio la viceministra como plazo máximo para la entrega de los recursos, pero en vista de los hechos, corresponde volver a la presión pública ante el nuevo silencio de la viceministra.
El servicio de atención psicológica sigue a su mínima expresión, las deudas continúan creciendo cada día, los recursos obtenidos por la vía de las donaciones sólo han alcanzado para cubrir una pequeña parte de los servicios generales y el peligro de que Avesa tenga que cerrar definitivamente el servicio es cada vez más inminente. Nosotras seguiremos haciendo presión al MPPS para que cumpla con los compromisos adquiridos públicamente e invitamos a los amigos y amigas de Avesa, que nos han acompañado hasta ahora, a que continuemos con la lucha por los derechos de las víctimas de violencia sexual al servicio de atención psicológica que Avesa les ofrece y que el Estado no garantiza.

viernes, 1 de abril de 2011

Caperucitas y Cazadores

Entre los cuentos de hadas, que son universales y representación simbólica de lo que guardamos en nuestro inconsciente, hay numerosos relatos que advierten a niños y niñas de la crueldad de los adultos hacia ellos: Blancanieves, victima de su madrastra; Hansel y Gretel, abandonados por su padres y explotados laboralmente por la bruja; la Cenicienta, humillada y excluida por su madrastra quien además apoya y refuerza a sus hermanastras para que participen del maltrato también…Según Isabel Ferré y Martha Ordóñez, autoras del libro La Infancia rota, el relato de Caperucita Roja simboliza situaciones de abuso sexual y el lobo representa al abusador sexual.
La madre de Caperucita le encomienda que lleve un pastel a su abuelita, que vive lejos, y le advierte sobre los peligros del bosque, recomendándole que no se entretenga en el camino y que tome el camino más corto. El lobo, como todos los abusadores sexuales (recordemos que el término abuso sexual se refiere a una situación en la que un niño, niña o adolescente se ve implicado en actividades sexuales que ejercen personas adultas para lograr su propia satisfacción, y donde la víctima, debido a su desarrollo psicosexual, no está en condiciones de consentir o entender lo que está padeciendo) aborda a caperucita con toda simpatía (no se muestra como lobo que es) y le pregunta para dónde va. La niña, quien lógicamente no tiene la capacidad de advertir el peligro ni de enfrentar al lobo, con la inocencia propia de su edad le da toda la información que el lobo necesita. El lobo, como todos los abusadores sexuales, no se la “come” en ese momento, él espera y se traza un plan. Corre donde la abuela y se la come, eliminando así la figura de protección de la niña. Cuando la niña llega encuentra a esta abuelita que le produce esa sensación de confusión. La misma confusión que sienten las niñas cuando su tío, padrino o padre amoroso de día se transforma y abusa de ellas en la noche. Caperucita, que no entiende el cambio de su abuelita, le pregunta al lobo: ¿Por qué tienes los ojos tan grandes? Y el lobo le da la respuesta correcta sabiendo que todos los niños necesitan ser vistos: ¡Para verte mejor! La niña le pregunta nuevamente: ¿Por qué tienes las orejas tan grandes? Y el lobo de nuevo da la respuesta correcta: para oírte mejor, pues él sabe que los niños necesitan ser escuchados. La niña vuelve a preguntar: ¿Por qué tienes la boca tan grande? Entonces el lobo se le lanza encima y se la come. Finalmente aparece el cazador que saca a caperucita y a su abuelita de la barriga del lobo. Afortunadamente este cuento tiene un final feliz.
El cazador simboliza a todos los que trabajamos en la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, muy especialmente el derecho a una vida libre de violencia sexual. Sin duda, en Venezuela necesitamos muchos más cazadores y cazadoras ¿Se anima usted a acompañarnos en esta cacería?

viernes, 18 de marzo de 2011

Lo bueno de hablar

El martes 15 de marzo, representantes de Avesa sostuvimos una reunión con la doctora Miriam Morales, viceministra de Redes de Salud Colectiva del Ministerio del Poder Popular para la Salud, en torno al tema del subsidio asignado a Avesa.
Cuando le hablamos de la trayectoria histórica de Avesa en la promoción y defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, y de nuestro Servicio de Atención a Víctimas de Violencia Sexual, en la doctora Morales surgió la reflexión de cómo es posible que la atención psicológica a víctimas de violencia sexual, y su incidencia en el acceso a la justicia, no formen parte de una política pública de mayor amplitud. Nosotras, que tenemos años haciéndonos la misma pregunta, le señalamos que un objetivo fundamental de nuestro trabajo es que asuntos como la violencia contra las mujeres, la violencia sexual y el abuso sexual de niños, niñas y adolescentes sean incorporados a planes, programas y proyectos a nivel nacional. También le recordamos que Avesa tiene una enorme experiencia acumulada que estamos muy dispuestas a compartir con los diferentes actores sociales: policías, profesionales de la salud, abogados, educadores y líderes comunitarios entre otros. Igualmente pusimos a la orden nuestros conocimientos en lo relativo a la construcción de modelos de atención y la elaboración e implementación de las políticas públicas necesarias para instaurarlos en todo el país.
Finalmente abordamos el tema motivo de la reunión. La viceministra se comprometió a tramitar el primer y el segundo desembolso del año 2011 del subsidio asignado a Avesa en la Ley Orgánica de Presupuesto y garantizó la entrega del cuarto desembolso del 2010.
Nuestro balance de los resultados de esta reunión son altamente positivos, no sólo por el compromiso del Ministerio de Salud en el otorgamiento de los recursos asignados a Avesa por Ley, sino también por la oportunidad que ha representado denunciar la gravedad de problemática que abordamos en nuestra ONG, y porque sirvió para poner en evidencia que la labor que hoy día se realiza en Avesa debe ser replicada en todo nuestro país. Estamos seguras de que los resultados obtenidos en nuestra reunión con la viceministra Miriam Morales, fueron posibles gracias al apoyo de amplios sectores de la sociedad para que se rompiera la política del silencio. Gracias a su apoyo confirmamos una vez mas que afortunadamente hablando se entiende la gente…

sábado, 12 de marzo de 2011

Manantial y flores

El Manantial de la Doncella es una película realizada por el famoso director sueco Ingmar Bergman en 1960. Es el cuento de venganza de una familia tras la violación y asesinato de su hija y está basada en una balada sueca del siglo XIII. Esta obra ganó el Oscar a mejor película en lengua extranjera y muchos otros premios internacionales. Bergman cuenta en imágenes la historia de Karin, hija del rey Töre y la reina Mareta. Cada verano, una doncella debe llevar una ofrenda de las velas al altar de la Virgen situado en el bosque. Ese verano el rey Töre envía a su hija Karin. En el camino Karin se encuentra con unos pastores muy afables que la invitan a compartir su comida. Confiada, se sienta con ellos. En el transcurso de la comida la atacan salvajemente, violándola y asesinándola. Una amiga de Karin que estaba escondida en los matorrales es testigo de todo lo ocurrido y corre a contarle lo sucedido al rey, este al enterarse de la tragedia hace justicia y mata a los pastores. Su hija aún yace muerta sobre le tierra, y cuando el rey conmovido levanta su cuerpo brota de la tierra un manantial de agua pura… Yo todavía era una niña cuando esta película fue estrenada, pero la vi muchos años después en un festival de cine en la Cinemateca Nacional. La imagen del agua pura de manantial brotando para limpiar de ese pedazo de tierra donde hizo acto de presencia la barbarie encarnada en los pastores asesinos y violadores se posó nítida en mi corazón y mi memoria para siempre. El agua, elemento femenino que surge de le tierra, la madre tierra. El agua que fluye y en su movimiento nos recuerda que todo cambia, que todo se mueve. El agua que sirve para apagar el fuego de la guerra y que limpia las heridas causadas en la batalla. El agua que fue la primera invitada hace dos semanas en nuestra casa para decirle no al silencio… El pasado sábado 26 de febrero mientras saludaba conmovida a tantas amigas y amigos de Avesa que fueron llegando a nuestra casa bajo la lluvia y con una flor en la mano, fue resurgiendo en mi corazón la imagen de El Manantial de la Doncella. Ese día, con pinceladas firmes acompasadas por la diversidad multiforme y multicolor de las flores, y de la mano de tanta gente comprometida con en la lucha contra la violencia y por la justicia brotó de nuevo y con enorme fuerza nuestro propio manantial. El mismo de donde Elisa Jiménez tomó el agua clara que la inspiró hace 26 años a crear el Servicio de Apoyo Psicológico a Victimas de Violencia Sexual de Avesa que tanta gente nos ha ayudado a defender ¡Gracias! Por su apoyo y solidaridad…

martes, 1 de marzo de 2011

NO a la política del silencio (convocatoria de contribución)

Acá pueden copiar el número de cuenta en el que AVESA está recibiendo las contribuciones voluntarias de ciudadanos para salvar el Servicio de Atención Psicológica a Víctimas de Violencia Sexual.



















(haga clic en la imagen para agrandar)

sábado, 26 de febrero de 2011

Lo personal es político

En general, nos cuesta establecer el vínculo entre sexualidad y política, sin embargo, nuestra vida cotidiana está llena de preocupaciones sociales y personales relacionadas con la sexualidad: la feminización de la pobreza, la mortalidad materna, el embarazo adolescente, el VIH/SIDA, la violencia contra la mujer, el abuso sexual de niños, niñas y adolescentes son sólo algunos de los problemas sociales que evidencian la naturaleza política y pública de los asuntos relacionados con la sexualidad.
Kate Millett, feminista histórica, acuñó el lema “lo personal es político” en su libro Política Sexual, publicado en 1969. Cuatro décadas después el mismo lema es referencia fundamental para quienes trabajamos en la promoción y defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos y de los Derechos Humanos de las Mujeres. La eliminación de las fronteras entre lo público y lo privado y la implantación de los principios de equidad, paridad y justicia tanto en el ámbito personal y familiar como en la esfera publica, ha sido y es la misión de las organizaciones no gubernamentales que luchamos por los derechos de las mujeres, contra el VIH/SIDA y por los derechos de GLBT en Venezuela, Latinoamérica y el mundo. Sin la voz de las ONG estos temas no ocuparían lugar alguno en la agenda política, ni en las políticas públicas de ningún país de la región, ni del planeta.
Comprometidas con la dimensión política y pública de la sexualidad, un grupo de mujeres lideradas por Elisa Jiménez crearon hace 26 años AVESA y el primer Servicio de Atención Psicológica a Victimas de Violencia Sexual de Venezuela. Este servicio -que sólo en el año 2010 brindó atención psicológica a 400 personas, de las cuales 290 fueron niños, niñas y adolescentes- cuenta con un subsidio aprobado en la Ley de Presupuesto Nacional 2010 y 2011, otorgado a través del Ministerio del Poder Popular para la Salud, lo que permite garantizar la gratuidad del servicio al 40% de las personas atendidas y los bajos costos al resto. Hoy, 26 de febrero, nos hemos visto obligadas a cerrar este Servicio debido a que desde hace cinco meses el MPPS no ha entregado los recursos. Hemos solicitado audiencia en el ministerio, consignado cartas, realizado denuncias públicas ante los medios de comunicación y redes sociales y la respuesta ha sido… EL SILENCIO.
Hoy Avesa dice ¡NO! a la política del silencio y se niega a cerrar su Servicio de Atención Psicológica a Victimas de Violencia Sexual. Apóyanos, deposita tu aporte en la cuenta corriente de Avesa en Banesco, número: 0134-0366-003661006128. Rif J-30975538-2 ¡Contribuye a un nuevo florecer del Servicio de Atención Psicológica a Victimas de Violencia Sexual de AVESA, ahora de la mano de Ciudadanos y Ciudadanas!

sábado, 19 de febrero de 2011

NO al Silencio


Atreverse a hablar sobre sexualidad era para Elisa Jiménez, -fundadora de AVESA- un requisito imprescindible para promover y conquistar nuestros derechos sexuales y reproductivos: El derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos, y a disponer de la información y los medios para ello / El derecho a la salud sexual y reproductiva como parte integral de la salud general a lo largo de todo el ciclo de vida / El derecho a una educación sexual veraz, científica y oportuna, que apunte hacia un ejercicio pleno y responsable de la sexualidad / El derecho a una vida libre de violencia y discriminación por razones de género / El derecho a una vida libre de violencia sexual.
El silencio es el mejor aliado de los agresores. En esta cultura machista donde la violencia hacia la mujer está tan naturalizada, la mujer calla porque tiene miedo, mientras el hombre que la maltrata o la acosa (su jefe, su superior, su marido, su concubino, su profesor) adquiere cada vez más poder sobre ella, llegando muchas veces a asesinarla ante la mirada silenciosa y cómplice de esta sociedad que hurga al cadáver de la víctima para culpabilizarla. En voz bajita a modo de chisme murmuramos: Ay mijita! algo haría para que ese hombre la matara; Bien hecho, quién la manda, si es que a ella como que le gustaba que le pegara! Culpabilizando a la victima y librando de responsabilidad al agresor.
La política del silencio sirve de guarida a los miles de agresores que han desnudado, manoseado, explotado, violado y abusado sexualmente a los miles de niñas, niños y adolescentes que hemos recibido en nuestro Servicio de Atención Psicológica a Victimas de Violencia Sexual y Domestica en los 26 años que tiene funcionando. La palabra, la denuncia, la protesta han sido nuestras únicas armas en la lucha contra la violencia sexual y la violencia contra la mujer. Romper el silencio encubridor de delincuentes, hablar de sexualidad, hablar de violencia, hablar de derechos y hablar de justicia. Por eso seguimos preguntando por los recursos que por Ley nos han sido asignados -aunque la Ministra Sader no nos responda- porque queremos romper el silencio…
Por eso invitamos a nuestros lectores, a nuestras aliadas, y a las miles de personas que nos han expresado su apoyo, a que asistan el sábado 26 de febrero, a las 10:00 AM a la casa de AVESA*. Invitamos a las amigas y amigos de AVESA al nuevo florecer de nuestro Servicio de Atención Psicológica a Víctimas de Violencia Sexual y Doméstica. Lleva una flor y dile: ¡NO! A la política del silencio ¡Defiende el derecho de mujeres, niñas y niños a una vida libre de violencia! (*Av. Anauco cruce con Roraima, Quinta AVESA, San Bernardino). Nuestra casa estará abierta para hablar de sexualidad y defender nuestros derechos sexuales y reproductivos ¡Los Esperamos!


sábado, 12 de febrero de 2011

Ella

Llegó a Avesa hace ocho meses remitida por La Fiscalía. Tiene quince años.
…Ella vivía con su papá y su mamá, su abuela paterna, su hermano de diez años y su hermanita de cinco. Su mami murió precozmente de un ACV. Al morir su madre, ella y sus hermanitos quedaron al cuidado de la abuela paterna y el padre. El padre es policía. Ella no reporta maltrato físico o verbal del padre hacia la madre, pero de su relato podemos inferir que el padre tenía control absoluto sobre la madre. La señora no tenía permitido trabajar y tampoco podía salir sin “el permiso” de su esposo. La madre de su padre, también se sometía pasivamente a la voluntad del hijo. En la casa se hacía sólo lo que él decía. A veces pasaban hambre porque él se iba por días y no les dejaba dinero- me cuenta la psicóloga tratante, quien me relata uno de los casos que quedará a la deriva el próximo 28 de febrero, debido al silencio de la Ministra de Salud Eugenia Sader en relación al destino del subsidio que nos fue asignado por Ley, para financiar nuestro servicio de Apoyo Psicológico a las Víctimas de Violencia Sexual y Doméstica.
… La muerte de la madre la afectó mucho. Entre ella y su madre había una relación muy estrecha; bañada en lágrimas, me repetía: “ella era mi mejor amiga, yo le contaba todo”. Las primeras sesiones las dedicamos sobre todo a darle contención al dolor por la pérdida de la madre- continúa relatando la psicóloga tratante.
… Después de la muerte de la señora, su padre les pide a sus hijos que lo acompañen a dormir porque se siente solo. Por meses se turnan para consolar al afligido padre… Una de esas noches, ella se despierta porque siente que están abusando sexualmente de ella, la situación se detiene cuando ella abre los ojos. En medio del asombro, la confusión y el terror, ella se vuelve a dormir en la duda de si eso realmente sucedió… En la mañana se convence a si misma de que fue un mal sueño…- me sigue exponiendo la psicóloga, enfatizando que la negación es un mecanismo de defensa psicológica que ocurre cuando el suceso traumático es de tal magnitud que la psique no puede tolerar.
… Los turnos continuaron… Y de nuevo aconteció la situación de abuso. Ella se apartó haciéndose la dormida. Se convenció de que su padre estaba abusando sexualmente de ella. No lo confronta, pero empieza a tener mala conducta: a llegar tarde, a salir sin permiso con su novio, y a retar al padre. En una de esas grandes paleas con el padre, ella lo confronta y lo amenaza con denunciarlo. Su tía y su abuelo materno la acompañan en el proceso de denuncia. Mientras se investiga el caso, el Consejo de Protección le quita la custodia de los tres hijos al padre, le asigna su cuidado al abuelo. La Fiscalía la remite a Avesa.
Desde ese entonces la atendemos, ahora le hemos tenido que avisar que será cerrado el servicio ¿A qué instancia del Ministerio de la Salud la remitimos, Ministra Sader?

miércoles, 9 de febrero de 2011

Abuso y cierre

Que un niño, niña o adolescente (muchacha o muchacho) se encuentre involucrado en alguna actividad sexual abusiva, obedece a la posición de poder que tiene el adulto abusador sobre la víctima. El abuso sexual ocurre cuando existe una asimetría de poder entre las partes por diferencia de edad -que implica necesariamente diferencias a niveles psicológicos- agravado por las condiciones de ventaja del victimario sobre la víctima, bien porque tiene autoridad sobre ésta o cuenta con su confianza; o por las estrategias de control que utiliza para consumar el abuso: seducción, soborno, intimidación, amenazas, o cualquier forma de manipulación psicológica , incluyendo el uso de fuerza física o armas ( Kempe, Sgroi, Ramírez).
Cuando el abuso sexual sucede dentro del hogar y es perpetrado por algún adulto de la familia, se llama incesto. Desde el punto de vista del Código Penal se considera que hay incesto sólo cuando media un vínculo consanguíneo entre las partes. Desde una perspectiva psicológica, las situaciones calificadas como incestuosas abarcan un espectro más amplio e incluyen cualquier tipo de contacto sexual directo (desde manoseos y toqueteos, hasta la violación) o indirecto (exposición a material pornográfico, exhibicionismo, sexo cibernético, entre otros) del niño, niña o adolescente con otra persona de su hogar – sea consanguínea o no- con quien exista la relación de poder sobre la que se sostiene el abuso sexual (el padre biológico, el abuelo, la tía, el padrastro, el hermano mayor). Desde este punto de vista, lo importante es el lugar simbólico que el agresor ocupa para el niño, niña o adolescente.
Desde la lógica de la disparidad de poder, encontramos que el abuso sexual no siempre es perpetrado por una persona adulta. La dinámica abusiva puede ocurrir entre un adolescente o un niño grande y otro menor. La edad no es un referente cuando la victima tiene alguna discapacidad que afecta su madurez psicológica y capacidad cognitiva. Son numerosos los casos de abuso sexual en la población con necesidades especiales.
El abuso sexual se da en hogares de todas las clases sociales sin distingo de etnia, sexo (en la etapa infantil son objeto de abuso niñas y niños en igual cuantía), religión, ubicación geográfica o tendencia política. En cambio, la garantía de atención psicológica profesional y el acceso a la justicia están absolutamente determinados por la clase social. Los más pobres no tienen acceso a atención psicológica especializada porque ésta no existe en el sector público, y en cuanto al acceso a la justicia, a los problemas de celeridad crónicos de nuestro sistema de justicia se suma la visión culpabilizante de la víctima, frecuente entre jueces y fiscales.
En Avesa hemos pautado el 28 de febrero como fecha de cierre del Servicio de Apoyo Psicológico a Victimas de Violencia Sexual y Doméstica fundado hace 26 años, y donde hemos atendido 10.903 personas. Este año los niños, niñas y adolescentes pobres y abusados sexualmente que el Estado no atiende y tampoco permite que atendamos las organizaciones no gubernamentales, se quedaran a la deriva. Esperamos respuesta pública de la Ministra de Salud antes de esa fecha.

sábado, 5 de febrero de 2011

Servicios en Peligro

Nuestra institución se ha especializado en el tema de violencia sexual, siendo la primera organización en Venezuela que crea un servicio de atención psicológica específico a mujeres violadas sexualmente, que más recientemente se ha convertido en un servicio dirigido a niños, niñas y adolescentes abusados sexualmente. Nuestro trabajo no se queda en la sesión individual de consulta de evaluación o tratamiento, orientamos a la familia, elaboramos informes psicológicos a fiscalías y tribunales para dar cuenta del impacto psicológico que esos hechos de violencia han generado en las víctimas, asistimos a juicios en calidad de expertas; en resumen, acompañamos a reconstruir la vida de muchas personas víctimas de unas formas de violencia asociadas a la sexualidad. Este servicio -que sólo en el año 2010 brindó atención psicológica a 400 personas, de las cuales 290 fueron niños, niñas y adolescentes- cuenta con un subsidio aprobado en la Ley de Presupuesto para el 2010, otorgado a través del Ministerio del Poder Popular para la Salud. El mismo garantiza la gratuidad del servicio al 40% de las personas atendidas y los bajos costos al resto.
En el 2010 hubo mucha irregularidad en el otorgamiento de los recursos. En años anteriores los recursos se entregaban al comienzo del período, es decir, en enero, abril, julio y octubre; pero este año, la Ministra de Salud decidió otorgarlos al final de cada trimestre. Se recibió el primer desembolso en marzo, el segundo en junio y el pago del tercer desembolso que debió realizarse a finales del mes de septiembre, se hizo efectivo el 28 de diciembre del 2010, luego de numerosas gestiones y cartas explicativas ante las oficinas de planificación y presupuesto, ejecución presupuestaria y el propio despacho de la Ministra. El 29 de diciembre, cuando pensábamos que la situación estaba resuelta, y que pronto nos pagarían el cuatro desembolso se nos informó que los recursos que por Ley de Presupuesto Nacional estaban destinados a nuestra organización han sido enviados a la Fundación Barrio Adentro. Ahora en enero, nos dicen que no hay garantía de que esos recursos del 4to desembolso nos sean entregados y que además, la Ministra decidirá si el subsidio a nuestra organización -que ha sido ratificado en la Ley de Presupuesto Nacional del 2011- nos va a ser entregado este año.
La eliminación del otorgamiento del subsidio afectará directamente la atención psicológica a niños, niñas, adolescentes y mujeres de los sectores populares a quienes de se han violentados sus derechos y a quienes el Estado debe dar respuesta.
En Avesa nos preguntamos ¿Qué le vamos a decir a las hermanas adolescentes, huérfanas de madre, que reiteradamente fueron violadas sexualmente por su padre biológico y que desde Avesa las acompañamos a hacer justicia, a buscar un lugar digno para vivir y al proceso de retomar sus vida? ¿Cómo le explicamos al abuelo que trae a 6 nietos y nietas que han sido abusados sexualmente que no los vamos a poder seguir atendiendo porque no contamos con los recursos para mantener el servicio?, en este momento no tenemos respuestas.