viernes, 29 de abril de 2011

Una verdadera revolución para la infancia

En un artículo anterior citábamos las palabras de la senadora colombiana Gina Parody en relación a la necesaria revolución para la infancia víctima de abuso sexual. En estos tiempos en que Avesa sufre los embates de la política del silencio vale la pena recordarlas: Las revoluciones en la humanidad las debemos, en parte, a las personas valientes que deciden dar un paso adelante buscando cambio. Si en el siglo XVIII J.J. Rousseau y los ilustrados no se hubieran levantado contra la monarquía e iniciado la Revolución Francesa, quizá hoy no tendríamos los derechos humanos. Y si en los años sesenta las mujeres no se hubieran revelado contra el machismo, el derecho de las mujeres no sería considerado dentro de la sociedad… Hoy, toca iniciar otra revolución: la defensa de los derechos de los niños y niñas. No es fácil ni ocurrirá de un día para otro pero no podemos seguir quietos repitiendo que los niños son el futuro de la sociedad, sin hacer lo necesario para protegerlos… Uno de los caminos en la defensa de niños y niñas, es el abordaje público del abuso sexual infantil. Las víctimas de abuso sexual tienden a ser invisibles para la sociedad. En realidad son los derechos de los niños y niñas los que son invisibles para nuestra sociedad. Faltan muchos pasos para una verdadera revolución para la infancia.
El 2 de abril le hicimos una serie de preguntas a la viceministra Miriam Morales por esta vía, todas ellas referidas al lugar que ocupan en las políticas públicas del Ministerio de la Salud los derechos humanos de las niñas y niños abusados sexualmente. Hoy dirigimos nuestras preguntas a todos nuestros compatriotas: ¿Qué lugar ocupan los derechos de los niños y niñas abusados sexualmente en la sociedad venezolana? ¿Es que la revolución para la infancia venezolana no incluye a las niñas y niños víctimas de abuso sexual?
En el artículo titulado Caperucitas y cazadores señalábamos que siendo los cuentos de hadas una representación simbólica y universal de lo que guardamos en nuestro inconsciente. Son muchos los cuentos infantiles que advierten a niños y niñas de la crueldad de los adultos hacia ellos. Referíamos en particular el cuento de la Caperucita Roja, que simboliza una situación de abuso sexual donde lobo representa al abusador. Celebrábamos en nuestro análisis el final feliz del cuento de caperucita. Pues como sabemos un cazador logra sacarla a ella y a su abuelita de la barriga del lobo, que luego es llenada de piedras para que se ahogue al tomar agua en la orilla del río.
El cazador simboliza los defensores de los derechos de los niños y niñas a una vida libre de violencia sexual. Insistimos en que necesitamos muchos más cazadores y cazadoras en Venezuela. Un requisito básico para esta cacería es la formación. Por ello desde este espacio continuaremos informando a nuestros lectores dispuestos a hacer realidad la garantía de los derechos humanos de los niños y niñas abusados sexualmente. Mientras seguimos esperando que la Ministra Sader y la viceministra Morales respondan nuestras preguntas, seguiremos como siempre trabajando para el logro de una verdadera revolución para la infancia abusada sexualmente.

sábado, 16 de abril de 2011

Preguntas para la doctora Morales

Con el permiso de nuestros fieles lectores, utilizaremos este espacio para dirigirnos en forma pública y directa la Dra. Miriam Morales, viceministra de Redes de Salud Colectiva del Ministerio del Poder Popular para la Salud, con quien nos reunimos el día martes 15 de marzo y quien se comprometió a garantizar en un plazo de 10 días hábiles los recursos asignados por Ley de Presupuesto Nacional a Avesa, para subsidiar el Servicio de Atención Psicológica a Victimas de Violencia Sexual
A usted, doctora Morales, queremos hacerle una serie de preguntas. La primera de ellas es la misma que de forma sorprendente usted misma nos formuló en la reunión celebrada el 15 de marzo (a la que me convocó usted personalmente a través de llamada telefónica a mi celular): ¿cómo es que un tema tan importante como la atención psicológica a víctimas de violencia sexual, y su incidencia en el acceso a la justicia y en la salud mental y física de tantas personas atendidas, no forma parte de una política pública de mayor amplitud? No deja de ser irónico que usted nos formulara esa pregunta a nosotras, que venimos trabajando por los derechos de las víctimas de violencia sexual desde hace décadas, con un nivel de compromiso que fue capaz de movilizar a la opinión pública de los más diversos sectores, para apoyarnos como lo han hecho, cuando desde hace seis meses la ministra Sader nos ha sometido al ahorcamiento económico y a la política del silencio.
Pero tenemos otras preguntas: ¿Qué lugar ocupan en el Ministerio de Salud las mujeres violentadas sexualmente? ¿Qué lugar ocupan en el Ministerio de Salud las niñas, niños y adolescentes abusados sexualmente? ¿Por qué el Ministerio de Salud no se ha ocupado de garantizar servicios atención psicológica y médica a víctimas de violencia sexual en todos sus centros de salud en toda Venezuela? ¿Cuál es el compromiso del Ministerio de Salud con los convenios internacionales en materia de derechos humanos de las mujeres niñas y niños, más específicamente el derecho a una vida libre de violencia sexual? ¿Qué lugar ocupa en el Ministerio de Salud y para usted la palabra empeñada? ¿A qué instancia del Ministerio de Salud le remitimos las decenas de pacientes que llaman para pedir cita, o para solicitar informes, que nos remite la Fiscalía y que no estamos en capacidad de atender debido a que usted no ha dado la orden para que nos sea entregado el subsidio asignado por Ley de Presupuesto, como se comprometió el 15 de marzo? ¿Su reunión era solo un señuelo para prorrogar su política del silencio? Sepa, Dra. Morales, que en Avesa continuaremos diciéndole ¡NO! a la política del silencio, hasta que usted cumpla su palabra.

sábado, 9 de abril de 2011

De nuevo la política del silencio

Como informamos en artículo del 19 de marzo, el 15 de marzo, representantes de Avesa nos reunimos con la doctora Morales, Viceministra de Redes de Salud Colectiva del Ministerio del Poder Popular para la Salud, para tratar el tema del subsidio asignado a Avesa. En esa reunión la viceministra se comprometió a tramitar el primer y el segundo desembolso del año 2011 del subsidio asignado a Avesa en la Ley Orgánica de Presupuesto, en un plazo máximo de 10 días hábiles, y garantizó la entrega del cuarto desembolso del 2010, para una fecha posterior.
Hoy 09 de abril, cuando han pasado ya 18 días hábiles (24 de los corrientes) desde que la viceministra Miriam Morales se comprometiera con Avesa, aún no hemos recibido esos recursos. Avesa cumplió inmediatamente con la entrega de la información solicitada por la viceministra para el correspondiente trámite administrativo; sin embargo, el equipo de trabajo de la Oficina de Planificación y Presupuesto del MPPS nos informa que no tienen ninguna orden de desembolso por parte de la viceministra, no se le ha girado ninguna instrucción (verbal o escrita) y por tanto no pueden hacer ninguna acción administrativa a favor de nuestra organización. Es decir, que el compromiso verbal adquirido por la viceministra con nosotras en la reunión del 15 de marzo no se ha concretado, ni siquiera en el punto de cuenta o en la orden a la oficina de planificación y presupuesto para agilizar los trámites, a pesar de su compromiso de que a más tardar en 10 días Avesa tendría los recursos del subsidio depositados en su cuenta.
Hemos llamado al celular de la viceministra pero no contesta las llamadas ni tiene buzón de voz, tampoco confirma la recepción de comunicaciones enviadas por email. Esperamos 15 días hábiles, 5 más de lo que dio la viceministra como plazo máximo para la entrega de los recursos, pero en vista de los hechos, corresponde volver a la presión pública ante el nuevo silencio de la viceministra.
El servicio de atención psicológica sigue a su mínima expresión, las deudas continúan creciendo cada día, los recursos obtenidos por la vía de las donaciones sólo han alcanzado para cubrir una pequeña parte de los servicios generales y el peligro de que Avesa tenga que cerrar definitivamente el servicio es cada vez más inminente. Nosotras seguiremos haciendo presión al MPPS para que cumpla con los compromisos adquiridos públicamente e invitamos a los amigos y amigas de Avesa, que nos han acompañado hasta ahora, a que continuemos con la lucha por los derechos de las víctimas de violencia sexual al servicio de atención psicológica que Avesa les ofrece y que el Estado no garantiza.

viernes, 1 de abril de 2011

Caperucitas y Cazadores

Entre los cuentos de hadas, que son universales y representación simbólica de lo que guardamos en nuestro inconsciente, hay numerosos relatos que advierten a niños y niñas de la crueldad de los adultos hacia ellos: Blancanieves, victima de su madrastra; Hansel y Gretel, abandonados por su padres y explotados laboralmente por la bruja; la Cenicienta, humillada y excluida por su madrastra quien además apoya y refuerza a sus hermanastras para que participen del maltrato también…Según Isabel Ferré y Martha Ordóñez, autoras del libro La Infancia rota, el relato de Caperucita Roja simboliza situaciones de abuso sexual y el lobo representa al abusador sexual.
La madre de Caperucita le encomienda que lleve un pastel a su abuelita, que vive lejos, y le advierte sobre los peligros del bosque, recomendándole que no se entretenga en el camino y que tome el camino más corto. El lobo, como todos los abusadores sexuales (recordemos que el término abuso sexual se refiere a una situación en la que un niño, niña o adolescente se ve implicado en actividades sexuales que ejercen personas adultas para lograr su propia satisfacción, y donde la víctima, debido a su desarrollo psicosexual, no está en condiciones de consentir o entender lo que está padeciendo) aborda a caperucita con toda simpatía (no se muestra como lobo que es) y le pregunta para dónde va. La niña, quien lógicamente no tiene la capacidad de advertir el peligro ni de enfrentar al lobo, con la inocencia propia de su edad le da toda la información que el lobo necesita. El lobo, como todos los abusadores sexuales, no se la “come” en ese momento, él espera y se traza un plan. Corre donde la abuela y se la come, eliminando así la figura de protección de la niña. Cuando la niña llega encuentra a esta abuelita que le produce esa sensación de confusión. La misma confusión que sienten las niñas cuando su tío, padrino o padre amoroso de día se transforma y abusa de ellas en la noche. Caperucita, que no entiende el cambio de su abuelita, le pregunta al lobo: ¿Por qué tienes los ojos tan grandes? Y el lobo le da la respuesta correcta sabiendo que todos los niños necesitan ser vistos: ¡Para verte mejor! La niña le pregunta nuevamente: ¿Por qué tienes las orejas tan grandes? Y el lobo de nuevo da la respuesta correcta: para oírte mejor, pues él sabe que los niños necesitan ser escuchados. La niña vuelve a preguntar: ¿Por qué tienes la boca tan grande? Entonces el lobo se le lanza encima y se la come. Finalmente aparece el cazador que saca a caperucita y a su abuelita de la barriga del lobo. Afortunadamente este cuento tiene un final feliz.
El cazador simboliza a todos los que trabajamos en la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, muy especialmente el derecho a una vida libre de violencia sexual. Sin duda, en Venezuela necesitamos muchos más cazadores y cazadoras ¿Se anima usted a acompañarnos en esta cacería?