viernes, 5 de agosto de 2011

Exposición a la pornografía

La pornografía siempre está regulada por la ley, en algunos países es aceptada para la población adulta y en otros esta prohibida para todo el mundo, pero en todos los países del mundo está prohibida para los niños.
El material pornográfico (libros, fotos, videos, películas, entre otros) contiene representaciones sexuales explícitas hechas con la exclusiva intención de despertar impulsos sexuales a través de imágenes abierta e intencionalmente atrevidas y obscenas. Ausencia de palabras o ternura. Cero reflejo de cortejo o encuentros previos. Actos sexuales ejecutados por genitales desproporcionadamente grandes e infatigables. Imágenes concebidas para estimular sexualmente sin que medie compromiso, respeto o amor.
Niños y niñas no sólo no tienen la capacidad cognitiva y la madurez psicológica para elaborar estas imágenes, sino además son estimulados sexualmente por ellas. Las imágenes producidas por la pornografía están dirigidas a adultos y nunca tienen intención educativa. Cuando un adulto expone intencionalmente a un niño o niña a material pornográfico, lo hace con la intención erotizar y estimular, y aunque en un primer momento no haya contacto físico, sin duda está abonando el terreno para pasar una modalidad de abuso sexual con contacto físico: tocamientos, masturbación, sexo oral, penetración anal o genital, entre otros.
Ya hemos explicado en artículos anteriores como niños y niñas tiene impulsos sexuales desde que nacen y es absolutamente normal que así sea. Padres, madres, maestras y otros cuidadores debemos estar conscientes de ello y educar a nuestros hijos sin represión ni amenaza, para una vivencia responsable y plena de su sexualidad acorde con su edad. Lamentablemente ocurre que los adultos toman ventaja del impulso sexual natural y universal de niños y niñas para engañarlos y seducirlos con la finalidad de violentarlos sexualmente. Tíos, padrinos, primos y hermanos mayores, padrastros y padres biológicos buscan la manera encubierta de hacer complicidad con las sobrinas, hijas, ahijados, vecinitas, primitos, hermanitas o hijastras para ver estas imágenes pornográficas cuando, por ejemplo, no hay nadie más en la casa o mientras todos creen que están viendo comiquitas cuando en realidad están viendo un canal censura solo para adultos…
El niño o la niña muchas veces calla y sigue el juego porque este adulto, de toda su confianza, es quien lo pone frente a estas imágenes concebidas para estimular sexualmente y frente a las cuales (igual que los adultos) su cuerpo responde, erotizándose. Ver el material pornográfico junto al adulto agresor es el primer peldaño, para pasar a otras formas de abuso sexual.
La exposición a material pornográfico intencional es una forma de abuso sexual sin contacto físico penada por la ley, no dude en denunciarla.

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